Ojalá nada vuelva a la normalidad.
Ojalá todo quebrante nuestra realidad.
Ojalá nada vuelva a ser como antes.
Ojalá todo nuestro mundo cambie.
Porque, entonces, todo esto no habrá servido para nada.
Porque, entonces, nada de esto lo justificará todo.
Ojalá nada siga igual.
ojalá todo nos destape la verdad.
Ojalá nada vuelva a su molde,
ojalá todo nos transforme.
Y, si es preciso, que duela en el presente
para que el futuro no nos pille como delincuentes,
arrebatadores de la felicidad de nuestros niños,
pues, que quede claro: ¡sin ellos, estamos perdidos!
A ver si de una vez por todas aprendemos
que si nos seguimos poniendo la zancadilla
se acabó la fiesta, ¡se acabó la vida!
O todo o nada,
pero no volvamos la vista atrás,
¡así jamás vamos a remontar!
Pongamos la vista adelante,
y el retrovisor que solo baste
para evitar volver a equivocarse.
Porque no sirve de nada
seguir llevando la venda en los ojos
cuando alrededor se nos muestra todo:
que llevamos toda una vida
viviendo como si nada...
...si nada ni nadie importase:
el país vecino, el continente empobrecido,
el de piel diferente, el menos pudiente.
Y tiene que llegar una pandemia
para que todo el mundo entre en histeria
y que, de esta forma, nos demos cuenta
de que todos sufrimos la misma guerra:
interna, externa… fraudulenta.
Somos ignorantes de todo
siendo sabios de nada.
Y buscamos culpables fuera,
pero la queja ya no cuela:
políticos, empresarios, bancos,
socialistas, fachas, negros, blancos;
ricos, pobres, inmigrantes,
nativos, sanos, delirantes...
No saldremos de esta
con actitud de sanguijuela
No seamos pueriles chivatos
que acusan y miran a otro lado.
Ver la muerte de cerca
nos conecta con la vida,
esa que hemos vivido de prisa
como si caminásemos a ciegas.
No es momento de mirar al pasado
ni de hacer discursos vacíos, falsos.
Es momento de mirar al presente,
de escuchar realmente a la gente.
No es momento de quejarse de nada.
Es momento de intentarlo todo.
O TODO O NADA
O TODOS O NADIE
Porque, sin unión…
volveremos a la mierda de antes.