Yo tengo dos casitas,
las dos son muy bonitas.
En una vive papi,
en la otra mi mamita.
Con papi salto y corro,
juego al fútbol, voy en moto…
Con mami leo cuentos,
y me enseña a hacer de todo.
Sean nueve o diez
las horas que estoy con él,
lo importante es que juntos
lo pasamos muy bien.
Unas doce horas al día
comparto con mamita,
cuando llega la noche
estoy lleno de alegría.
Yo los adoro a los dos,
inundan mi corazón,
igual les ocurre a ellos,
por mí sienten pasión.
Crezco feliz y sano,
no se apartan de mi lado,
y, aunque ya no vivan juntos,
se echan una mano.
He aprendido que el hogar
no está en ningún lugar,
no tiene techos ni paredes,
solo tiene amor y paz.
Yo tengo dos casitas,
con la luz siempre encendida,
mis papás me dan su amor
y yo construyo mi vida.
Este es un pequeño homenaje a los niños de padres separados. Sin duda, un hogar es el lugar donde el amor no puede faltar, vivan juntos o no sus papás.